- ¿Qué son todos esos jarrones que tienes encima de la chimenea? -le preguntó una amiga a la otra mientras tomaban el té-. No sabía que te gustaba coleccionarlos.
- Esos no son jarrones -le explicó, mientras tomaba un sorbo de té-. Son urnas. Las urnas de mis ex novios.
- ¡¿Todos han muerto?!
- Figurativamente. Siguen vivos, sin embargo, están muertos para mí. Después de terminar una relación, tengo la costumbre de quemar todos los regalos y cosas que me recuerden a mis ex novios y guardar sus cenizas en esas urnas.
- Interesante -dijo la amiga, llevándose la taza de té caliente a la boca, y deteniéndose a tan solo unos centímetros de sus labios para preguntarle: - Pero... ¿cómo haces cuando te los encuentras en persona?
- Me asusto -respondió sinceramente-, grito como si hubiera visto a un fantasma y salgo corriendo del lugar.